Es realmente algo cotidiano recibir a un paciente que llega frustrado al no perder el peso esperado por él o ella misma. Una frustración entendible, sobretodo si ocurre antes del año de la cirugía. Y mi rol como tratante será preguntar, entender, acompañar y guiar.
“Llevo dos semanas enteras pesando entre 91 y 92,5kg, estoy estancada”.
Y yo le pregunto si está siguiendo su plan de alimentación. – Sí.
¿Las proteínas primero? -Sí, y luego las verduras.
¿Buena hidratación? Sí, un litro y medio de agua.
¿Actividad física? Ejercicios de kine, día por medio y caminar 8mil pasos.
Entonces, ¿de qué nos estamos quejando? Queremos ver bajar ese número todos los días. Y si pasó poco tiempo y tu estructura de vida está en orden, ten paciencia contigo, porque estás viviendo parte de un proceso y el número en la pesa eventualmente se pondrá al día con tus elecciones.
Por otro lado, lleva registro de tus buenos hábitos pero evita pesarte todos los días si esto te resulta estresante/frustrante.
Ese mismo día mi paciente me escribió contando: “Me puse el sostén y noté que ya no que quedaba apretado, me quedaba mejor, mis pantalones no estaban apretados y mi polera no se estaba enrollando en la parte de abajo.”
Tiempo al tiempo.